No estuvo fino el bueno de Mooy en su centro al corazón del área. Tras él era Amón quien tomaba la palabra: «Hay razones para sentirse muy frustrado y desengañado a la vez. Hemos jugado cuatro partidos, hemos ganado uno, perdido otro y empatado dos. Nos sentimos muy frustrados porque nuestro juego fue enormemente previsible, también por la actitud del propio entrenador, que calificó a sus jugadores con un sobresaliente bajo. Con esta soberbia es muy difícil que consigas convencer a la opinión pública. Pedirán la cabeza de Luis Enrique, pero aquí no dimite ni Marlaska ni Irene Montero, mucho menos un entrenador. Salir de octavos de esta manera tan pobre, me parece muy difícil de salvar», equipacion holanda sostenía el colaborador.