Callens hizo la etapa con una camisa de color amarillo que le prestó un periodista. Pero al día siguiente, en la salida, el encargado de facilitarle el maillot amarillo se lo había olvidado en una maleta que ya no podía recuperar. Las imágenes en tono sepia de la época nos muestran a un emocionado Poblet, ya con calvicie avanzada, abrazado por Yvette Horner, la acordeonista que acompañaba la caravana publicitaria de aquellos Tours y que era la encargada de imponer los maillots en el podio.